¡Muy buena noches mi estimados lectores! Espero que se encuentren
muy bien luego de mi larga ausencia en este blog. Debo decirles que la clase
pasada que nos tocó a mi curso de música hacer bitácora, yo no asistí, debido a
que estuve muy enfermo de dios sabe que bicharraco loco que invadió a mi cuerpo
por lo que no pude realizar dicha bitácora, ¡además me estoy enfermando de nuevo!
Pero no se preocupen mis pequeños lectores, pues cuidare mi salud para poder
entretenerlos aunque sea con una publicación más.
Hoy les hablaré acerca de la reflexión que he hecho sobre un capitulo
de un libro de música, capítulo llamado "El libro de los
jueces" y su relación con mi experiencia en la clase
de música y mi vida pasada. Además lo vincularé con mi futura
labor docente.
Reflexión sobre
"El libro de los jueces"
Al leer este
texto, comencé a hacer una retrospectiva a mi vida, recopilando todos aquellos
momentos en donde creo haber estado enfrente a estos jueces. Me di cuenta que
durante toda mi vida, me he visto rodeado de jueces, siempre distintos entre sí
que intentan ,más que ayudarme, el criticarme de forma negativa sobre mis
decisiones y pensamientos. No siento que soy una persona mala, pero de todas
maneras estos jueces se ubican enfrente de mí para recordar mis malas
elecciones con el fin de refregármelas en la cara y hacerme sentir pésimo. Hice
el ejercicio de este "enfrentamiento a los jueces" que aparece en el
comienzo del texto, en donde elegí a uno de estos jueces al azar, y vi al
guitarrista de mi ex-banda, un joven que cree tener la ultima decisión sobre la
vida de todos y cree ser demasiado importante para preocuparse acerca de otros.
Lo miré a los ojos e hice que dijera mi nombre uno y otra vez, cada vez con una
voz más graciosa, hasta que su voz no podía distinguirse entre mis
carcajadas. Este ejercicio me hizo sentir más valiente y firme de
mis decisiones, e incluso me motivo a querer ser mas espontaneo a la hora
de actuar sobre las situaciones de mi diario vivir ¡que graciosa y
maravillosa experiencia!
Ahora bien, ¿en
que podría influir los jueces en mi practica pedagógica? pues
bien creo que el hecho de poder conocer y enfrentarse a los jueces
que nos acompañan en nuestra vida cotidiana, fortalece nuestro poder
de reflexión y nuestra capacidad de discernir entre lo bueno de lo
malo, ya que este enfrentamiento provoca una reflexión auto-critica que
genera conocimiento valioso de nuestro propio ser. Este ejercicio puede mostrar
a un alumno acomplejado el mejor camino que debe seguir ante un problema
dificultoso, como por ejemplo (en un caso hipotético) que un estudiante no
sepa que hacer luego de su enseñanza básica, y hay jueces en su interior que le
impiden poder tomar una decisión resolutiva y decidida, como por
ejemplo un juez que represente la imagen de sus padres que quieren que sea un
abogado y valla a la Universidad en donde estudio su padre, un juez que
represente a sus amigos que quieren que sea futbolista y se salga del colegio
para que practique todos los días con ellos en la cancha del barrio,
o mucho más complejo, como un juez que lo represente a sí mismo como alguien
débil que sin importar la decisión que tome no logrará ser bueno en
lo que haga. El estudiante al poder identificar a estos jueces, y
convertirlos de nuevo en parte de
su consiente, podrá lograr ser una persona decidida y
más centrada en sus decisiones. Como docente, me siento muy atraído al
modelo de aprendizaje de Feurstein, donde se explica como el profesor es un guía
para el alumno, que sirve como el vínculo entre el estudiante mismo, y el mejor
modelo de persona que el mismo puede llegar a ser. Según ello encuentro
bastante prescindible realizar una actividad con mis alumnos en donde puedan
enfrentar a este tipo de dificultades que a todos nos hacen sufrir.
Para finalizar,
voy a contextualizar un poco esto de mi enfrentamiento al juez que
era el guitarrista de mi ex-banda. Fui por 6 años aproximadamente el bajista y
co-fundador de una banda llamada "Muestra Gratiis", donde los
primeros años fue un mar de apreciación musical
y diversión a través de las canciones que nos apasionaban;
pasaron unos años y los miembros de la banda nos comenzamos a distanciar, los
integrantes llegaban atrasados a los ensayos con el descaro de exigir
puntualidad y compromiso con la banda. Después de ello, el guitarrista comenzó
a sentirse dueño del conjunto musical, instaurando solamente sus canciones en
la lista de canciones que debíamos tocar; yo lo encuentro a él un excelente
compositor a la hora de hablar de partituras y riffs de guitarra, pero las letras
que él hacía no tenían sentido en sus canciones y, peor aún, el se hacía
pasar como el cantante de la agrupación siendo que su voz deja mucho que
desear. Mientras tanto el baterista siempre fue un personaje subordinado a las decisiones
del guitarrista, alguien cuya motivación por la música que tocábamos no se veía
reflejada en sus composiciones musicales. Yo siempre tocaba con pasión mi papel
en la banda, a pesar de saber que la música no era compuesta por mí. Este
viernes nos íbamos a juntar a ensayar en una sala de ensayos que se ubica en la
calle Carmen, con el fin de volver a reorganizarnos bien y volver a hacer ese
pequeño centro del universo que nada ni nadie puede tocar sin nuestro
consentimiento, es decir, íbamos a volver a ser esa pequeña gran banda que nos
daba orgullo nombrarla; pasó una hora después de la hora que habíamos fijado
para juntarnos, y no llegó nadie; nadie me llamo para decirme que el ensayo se había
suspendido por problemas del baterista, tuve yo que llamar a otras personas
buscando la respuesta del porque no habían llegado. Es por ello que tome la decisión
de separarme de esta agrupación y formar mi propia banda, donde mis ideas si
puedan ser escuchadas y valoradas, incluso en este mismo momento ya estoy
teniendo ideas para nuevas canciones que me hacen sentir de nuevo la misma alegría
que tenía cuando era un cabro de 15 años. Creo que de a poco me vuelvo a sentir
más a tono con aquello que ame desde que nací. La música.
Con esto me despido mis jóvenes lectores, dejándoles la misión de enfrentar a
sus jueces, entiéndanlos y domínenlos, háganlos ser parte de ustedes mismos
para que así sean las mejores personas que puedan llegar a ser.
También les quiero dejar una canción que me gusto mucho de un cantautor llamado
Tommy Torres, quien hace poco hizo una hermosa canción de consiste en la
respuesta que le dio a un niño chileno que le mando un mail pidiéndole ayuda en
problemas amorosos, muy linda la historia. Que tengan una excelente semana y
nos vemos pronto…¡Adiós!